La saga de “Malaz: el libro de los caídos” ya ha sido varias veces mencionada antes. En varios sitios web comentan que el primero es el libro de menor nivel (de los diez que la componen), en concreto que sus cien primeras páginas son tan densas y tortuosas que se hace difícil esquivarlas y continuar con la saga. ¡Incluso Steven Erikson, el propio autor, lo confiesa!
Aquí sus palabras:
Aquí sus palabras:
«Mejor, creo, ofrecer a los lectores una decisión rápida sobre esta serie, justo ahí, en el primer tercio de la primera novela, que jugar con ellos durante cinco o seis libros antes de que abandonen asqueados, aburridos o lo que sea.»
Este párrafo corresponde al prólogo editado que se incluyó en la última edición de la primera novela. Y es que Steven Erikson lleva razón: “los personajes actúan como en el episodio 200 de una serie de televisión, sin una mísera voz en off que nos ayude a ubicarnos [...]” (parafraseo de El rincón de Koreander; desde aquí se recomienda su visita). Así es: tras leer el prólogo, el primer capítulo se presenta repentinamente ante los ojos del lector como un muro, y uno llega a preguntarse si realmente habrá cogido el primer tomo. Es el susodicho lector el que, en un ejercicio de reflexión, debe encajar las piezas.
Pero dejemos ya de desviarnos, que ante tan buenos temas es prácticamente inevitable...
Se barruntó, ante las primeras palabras de la saga, que esta sería un edén de buena prosa. Sin duda, acertada apuesta: buena, muy buena prosa. De lentísimo paladeo. La primera centena de páginas es de una genialidad inusitada, y se hacen tanto de querer que uno desea pasarlas de nuevo y volver hacia la primera.
Se barruntó, ante las primeras palabras de la saga, que esta sería un edén de buena prosa. Sin duda, acertada apuesta: buena, muy buena prosa. De lentísimo paladeo. La primera centena de páginas es de una genialidad inusitada, y se hacen tanto de querer que uno desea pasarlas de nuevo y volver hacia la primera.
Por ello, pueden negarse de sobra las palabras del propio autor (otra corriente de sitios web muestra tendencia hacia esta postura). Sí, es cierto, no es una columna de deporte ni la biografía de un futbolista, pero si uno asume que la lectura será dura antes de empezarla... puede llegar a disfrutarse más de lo que puedan imaginar.
Para ejemplificarlo, he aquí un pequeño fragmento, contenido en el principio del segundo capítulo. No contiene revelaciones de la trama, mas, aun así, se ha ocultado el fragmento para los más extremistas lectores apasionados:
El escenario es grotesco: las cercanías de una ciudad, cientos de armaduras desparramadas por el suelo y vaciadas de cuerpos por la magia de una maga que contempla su obra con los brazos cruzados.
La presentación del segundo personaje es maravillosamente macabra, no se la pierdan.
Tras disfrutar de estas páginas lóbregas, es hora de comentar el fallo.
Ha sido sombreado de amarillo para facilitar su visualización. La frase es la siguiente:
El hombre que marchaba en cabeza, un sargento a juzgar por el torques que lucía alrededor del brazo, se acercó a Velajada.
Sabiendo qué son los torques, ¿no debería aparecer en singular? Bien es cierto que esta versión electrónica del libro, suministrada por el excelso sitio web “Epub gratis”, no aparece como versión revisada, y contiene bastantes fallos sin importancia (no hay más que atender a la constante ausencia de letra cursiva para los pensamientos del personaje, ni su entrecomillado). ¿Es este uno de ellos? ¿O es un fallo generalizado de la edición del libro?
Edición del: lunes, 25 de marzo de 2013.
Tras comprobar que en la edición física del libro aparece la frase tal cual, usando también torques en plural, decidí adentrarme en el término.
Resultó que en varios lugares encontraba la definición en singular, mientras que en otros aparecía la forma en plural. Debí haber acudido desde el principio al DRAE, que pronto despejó las dudas: torques no es la forma plural, sino el sustantivo. Pero lo atribuye al género femenino, y en la frase que analizaba la entrada usaba torques como un sustantivo masculino y singular. ¿Error, a fin de cuentas?
RGV.
Edición del: lunes, 25 de marzo de 2013.
Tras comprobar que en la edición física del libro aparece la frase tal cual, usando también torques en plural, decidí adentrarme en el término.
Resultó que en varios lugares encontraba la definición en singular, mientras que en otros aparecía la forma en plural. Debí haber acudido desde el principio al DRAE, que pronto despejó las dudas: torques no es la forma plural, sino el sustantivo. Pero lo atribuye al género femenino, y en la frase que analizaba la entrada usaba torques como un sustantivo masculino y singular. ¿Error, a fin de cuentas?
RGV.
Edición del: sábado, 30 de marzo de 2013.
En la tercera edición de Los jardines de la Luna, de 2011, hay varias frases arregladas o modificadas respecto a la versión anterior. Una de ellas, precisamente, es nuestra conflictiva frase. Finalmente, parece que existía el error, y lo han solucionado de esta forma:
El hombre que marchaba en cabeza, un sargento a juzgar por el brazalete que lucía alrededor del brazo, se acercó a Velajada.Y así, finalmente, queda solucionado el caso.
RGV.
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