La pasada semana publicábamos un fragmento de la nueva obra de Óscar Carrera, La prisión evanescente. Hoy recogemos una serie de preguntas que Óscar estuvo encantado de responder para nosotros por medio de Dani Vila.
1. Es un placer contar con
Óscar Carrera en Frente al baluarte
con motivo de la publicación de tu último libro, La prisión evanescente. ¿Qué puedes contarnos del mismo?
Pretendía ser una antología de
cuentos que han ido apareciendo a lo largo de los años en diferentes blogs,
recitales y publicaciones, con algunos bonus
tracks diseminados por aquí y por allá. Al final descarté gran parte del
material previo en pos de los inéditos, que ocupan más de dos tercios del
libro.
2. ¿Por qué un libro de
relatos?
Los chicos de Flaca
Producciones me propusieron dos proyectos, uno de literatura y otro de ensayo,
que está en camino. El relato fantástico ha sido mi mayor acercamiento a la
literatura. No me crié en la novela, aunque he firmado una, sino con Arreola,
Merino, Levrero, Borges… Creo, con este último, que su extensión se lleva mal
con la transitoriedad de la existencia humana: no sólo la del lector, sino la
del escritor se ve seriamente comprometida.
3. ¿Seguiste algún patrón
selectivo a la hora de seleccionar estos relatos? ¿Sigues algún modelo para
armar este libro?
Ninguno ha sido escrito
expresamente para la ocasión (es más, hay un sueño y dos muestras –depuradas-
de lo que fue escritura automática). Sin embargo, los seleccioné porque veo
semejanzas y paralelismos en casi todos ellos. Los protagonistas se encuentran
atrapados en situaciones, en persecuciones o lazos que siempre tienen algo de
carcelario. El título de “La prisión evanescente” sugiere que no todas son de
piedra y de alambre, también las hay de carne y hueso.
4. Tu estilo narrativo es
energético y resulta estimulante en su lectura. Sospecho que esa agilidad
técnica proviene de innumerables horas de trabajo. ¿Depuraste el estilo en
función del género narrativo del relato?
Existen diversos enfoques
estilísticos. Un par de historias se regodean, con una pizca de ironía, en el
barroquismo léxico. Otra supone una peculiar aproximación a Dragones y
Mazmorras. Una tercera, La quinta
estación, contiene un entramado de miradas entre el narrador, el lector y
los personajes. Diario de travesía es
lo que indica su nombre, un diario, que evoluciona de la primera persona del
singular a la tercera del plural en consonancia con el despertar espiritual de
su redactor. En uno de los cuentos al lector se le permite mirar al personaje,
pero desde lejos, no vaya a asustarlo.
5. Publicaste en este año con T&B
Editores Malas hierbas. Historia del rock experimental y ahora nos llega este libro de relatos.
Dicha mescolanza de temática y género denota cierto virtuosismo. ¿En qué género
te sientes como pez en el agua?
Ahora mismo te diría que en la
fábula, que se diferencia del relato fantástico, a mi ver, en que trata de
deshacer una ambigüedad que el otro debiera atesorar.
6. Es inevitable que cuando un
autor hispano publica relatos se le pregunte por la figura de Cortázar. ¿Cómo
valoras ésta?
Tal vez habría que separar en
Cortázar la eterna pulsión de lo fantástico de ciertas ideas recibidas,
estéticas y políticas, de su tiempo y lugar. Creo que cuando predomina la
primera demuestra ser uno de los mejores cuentistas de la literatura universal;
cuando lo hacen las segundas, como sucede en sus novelas, su interés decrece.
7. ¿Estás más cerca de Borges
o Vila-Matas?
De Borges, tanto en lo literario
como en lo personal. Fue mi señor padre, gran connaisseur de su obra, quien me inculcó su universo. Tuvo la
clarividencia de reescribir La biblioteca de Babel conmutando “la Biblioteca”
por “la Red” en los comienzos de Internet. Las predicciones resultantes se han
ido cumpliendo con el paso de los años.
8. Los andaluces soléis estar
tocados por una varita de creatividad popular importante. ¿Ayuda o resta ese
barroquismo genético?
Sin duda ayuda, aunque además
de la influencia telúrica me considero hijo de una generación que hizo de Jerez
de la Frontera la meca universal del surrealismo castizo. El acto metafórico,
las pintadas poéticas, los disfraces cutres, todo ello estaba a la orden del
día. Pero ya pasó. He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por
un teléfono móvil.
9. ¿Estás satisfecho con el
resultado final del libro? ¿Qué lector tipo crees que podría acercarse a él?
Estoy muy satisfecho con la
edición. En cuanto al lector-tipo, cuando me fui a vivir a Sevilla puse
carteles por toda la ciudad que decían: “Ermitaño estepario busca dementes,
poetas, filósofos o soñadores para compartir piso”. Mis principios no han
cambiado.
10. ¿Podrías adelantarnos
próximos proyectos?
El verano pasado fui a Galicia
en calidad de etnógrafo amateur. Eso y unas cuantas lecturas van dando forma a
un volumen sobre folclore religioso. Trabajo también en un pequeño tratado
político, un diccionario del diablo y un compendio de fábulas y aforismos.
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