Son como monstruos de feria. No les queda
ni ese mínimo consuelo
que ha de dar la semejanza
(un monstruo es también un monstruo para un monstruo).
Su carisma es un vecino con bigote
que vive en la otra escalera.
Su sentido del humor
está a punto de encontrar destinatario.
Se entristecen porque no son populares.
Por las noches se amotinan
contra partes de sí mismos
y se prometen milagros que no apoyan.
Me dan pena estas personas. Quién pudiera
ayudarlas a integrarse
en este selecto grupo
al que sólo pertenecen los demás.
ni ese mínimo consuelo
que ha de dar la semejanza
(un monstruo es también un monstruo para un monstruo).
Su carisma es un vecino con bigote
que vive en la otra escalera.
Su sentido del humor
está a punto de encontrar destinatario.
Se entristecen porque no son populares.
Por las noches se amotinan
contra partes de sí mismos
y se prometen milagros que no apoyan.
Me dan pena estas personas. Quién pudiera
ayudarlas a integrarse
en este selecto grupo
al que sólo pertenecen los demás.
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